Capitulo 2. Miedo

Posted by Leticia C. | Posted in | Posted on 19:02

0

Aún estaba sentada en la cama, dándole vueltas a mi mente, en un segundo tome la decisión de dejar el miedo atrás, y afrontar las cosas.
Aunque pareciera extraño, tenia una amiga, ella se llamaba Diana, y era mi gran apoyo, era mi polo opuesto, no tenia miedo a nadie ni a nada, y al contrario de mi, no se pasaba doce de las veinticuatro horas del día encerrada en una habitación pensando y mirando las equinas.
Pensando aún en lo anterior, mis ojos quedan iluminados, con muchas ganas de llorar. Siempre pienso; Tengo una fiel amiga, a pesar de verla muy poco, me hace sentir “bien” siempre, y cada que vez que estoy con ella salgo de la rutina diaria.
Es como si el miedo quedara encerrado en mi refugio, en mi habitación, como si por un momento, olvidara todo y a todos.
Miedo, esa palabra me generaba sufrimiento y dolor, no quería tener miedo, nadie quería que tuviera miedo. No lo podía evitar, era algo que mi subconsciente no entendía.
A veces en la oscura habitación, escribo mis relatos, fríos, amargos, y con poco tono de felicidad. Es como si de una nota de suicido se tratase.
Es como si un deja-vu recorriera todo mi cuerpo, llegando a imaginar cosas… diferentes.
Siempre les digo a todos, no tengo imaginación, tengo pensamiento, y ellos siempre me contestan lo mismo. Silencio solo silencio.
En ocasiones me gustaría tener otra persona con la que poder compartir mis temores, mis dudas, todo lo que realmente me inquieta.
Sentada en mi cama, aprieto mis piernas contra el abdomen, como si intentara esconderme, y hacerme muy… pequeña y que nadie pudiera verme. Siempre mirando a la misma esquina oscura, donde ahora la araña comía a su presa poco a poco.
Después de un largo tiempo, empezaba a darme cuenta, mi habitación se iba haciendo más negra y oscura según mí estado de ánimo. No se si serian sensaciones mías, tal vez me estaría volviendo loca.
Pongo los pies en el suelo, y me dirijo hacia la misma esquina donde se encuentra aún la araña, me siento a su lado y vuelvo a repetir la acción de la cama, apretando mis piernas contra el abdomen.
Voces me hablaban en mi mente, voces que me dicen cosas, malas, horribles, temerosas. El miedo empezaba a recorrer mi cuerpo. Mientras la puerta empezaba a dar golpes por el viento.
Las crueles voces me mataban poco a poco, el viento hablaba, es como si se filtrara por la pequeña ventana para hacerme compañía.
Estoy sola, me encuentro en la pequeña habitación oscura, sola, temblando de frío apretó mis piernas mas fuertemente, imaginando cosas horribles, cosas… malas, el miedo se apodera de mí en un solo segundo.
Porqué tanto miedo, porque se apodera de mi así. Empiezo a llorar, es como si una fuente se háyase dentro de mis ojos, no podía parar, seguiría llorando hasta que mis ojos no me permitieran ver, porque el miedo que sentía en ese momento era muy grande, era… horrible.

Capitulo 1. Soledad

Posted by Leticia C. | Posted in | Posted on 15:26

0

Las paredes oscuras entraban en mi pensamiento, era una oscuridad amarga, una oscuridad… dolorosa, las lágrimas caían por mi rostro como gotas de lluvia saladas, dejando atrás un dulce y amargo sentimiento al mismo tiempo.
Las paredes de la habitación me daban temor, miedo, dolor… cosas negativas, cosas que mi mente no podía soportar. Quería salir de allí, dejar toda esa soledad para poder vivir una vida sin miedo, una vida libre, una vida… feliz.
Porque estar sola me generaba tanta angustia, será porque en aquella habitación la poca luz que entraba se filtraba por debajo de le puerta, una luz..., brillante, cegadora, hermosa.
Miro la ventana, a través de ella solo veo oscuridad, es como si la luz que se haya fuera estuviera escondida, como si todo el mundo estuviera solo.
Aún las lágrimas saladas caían por mi rostro, y mis pensamientos recorrían mi cabeza poco a poco. Notaba mi pulso acelerado, cada vez mi corazón corría más y más rápido, seguramente seria por toda aquella soledad, una soledad que tenia que controlar sola. Nadie podría ayudarme, nadie podría rescatarme, nadie… nadie podía.
Solamente yo podía controlar mis impulsos, con mi mente, mi cuerpo, mi… todo.
Como siempre el miedo podía conmigo, me superaba, me vencía. Y no encontraba la manera de poder vencerlo, de poder… Ganar.
En una sola palabra podía explicar todo lo que pasaba en ese momento por mi mente. Nadie me entendía, me veían como un bicho raro, como una persona… invisible.
En muchas ocasiones me habían hecho daño con sus palabras, pero yo como siempre allí me encontraba, invisible, escondida… gracias a esas personas, me encuentro en una soledad de la cual no puedo salir, de la cual no puedo escapar.
Mis únicas amigas son las paredes de mi habitación, oscuras como siempre, me ponen su mejor cara e intentan ayudarme.
Me encuentro sentada en mi cama, como la mayoría de las veces, mirando a la pequeña araña que teje su casa en una esquina, ella es mi única amiga, la única que realmente no me juzga, la única que me hace sentir feliz.
Una oscuridad vertiginosa se encuentra en mi habitación, una oscuridad… Sin palabras, una oscuridad... Imposible de entender.
Ha llegado la hora, ha llegado el momento, hay que intentar poner fin a todo, pero… ¿cómo? Lo habían intentado miles de veces, todos, incluso yo misma, y nunca había obtenido lo que quería. Sabía que estaba atrapada, pero… alguien me podría ayudar, tiene que haber alguien que pueda, alguien… especial.
Vuelvo a mirar a la pared, sentada como siempre en mi cama, sola en mi habitación oscura.